Por Edward Cáliz
Los distintos procesos políticos que ha enfrentado Chile han tenido como consecuencia la ruptura social en varios episodios de la vida nacional. Las guerras civiles, a través de la historia, han sido parte esencial de las disputas por el poder, partiendo por aquella de 1891 que incluso generó una ruptura entre el Ejército y la Armada. En ese entonces Chile se polarizó entre los partidarios del Congreso Nacional y los del presidente de la República José Manuel Balmaceda, dando origen a los conceptos de Balmacedistas y Congresistas. Para el desarrollo de la guerra fue fundamental la división de las Fuerzas Armadas, ya que, sin este suceso, el bando de Balmaceda no hubiera podido oponer resistencia. El Ejército apoyó al presidente, y la Armada a la causa congresista.
Sin embargo, gran parte de los procesos políticos en la actualidad se sustentan en los procesos históricos que ya ha vivido nuestro país. De allí la importancia de poder analizarlos y comprenderlos en su correcta dimensión. Entonces, la división entre chilenos no es actual, sino que proviene de una serie de acontecimientos del pasado, donde siempre las pretensiones por mantener un poder hegemónico han sido el objetivo final. Y en este sentido, es necesario comprender que el uso adicional de la violencia revolucionaria, propia de las izquierdas, ha sido por doctrina un instrumento necesario.
Para las generaciones actuales de jóvenes, e incluso algunos no tan jóvenes, asumen que la historia dividida de nuestro país, entre izquierdas y derechas, proviene de la instauración del régimen militar de Augusto Pinochet. Y se parte de la premisa que la “historia de Chile” se inicia con Augusto Pinochet, principalmente por la atribución y castigo a actos sobre violaciones a los derechos humanos. Pero, se ha transformado con los años en sólo un instrumento discursivo que funciona como “switch” para activar el resentimiento y el odio. En consecuencia, de dividir a los chilenos para la obtención de réditos políticos.
Sin embargo, objetivamente, hay que señalar que el régimen militar fue solo la consecuencia de una mala dirección del gobierno de Salvador Allende, que llevó al país a un caos social. Ha quedado plasmado en una serie de discursos de Allende su férreo apego a la lucha armada, y, ojo, antes de que Pinochet llegara al poder. Precisamente, antes de que Salvador Allende asumiera su gobierno, una de las pretensiones del Partido Socialista de Chile (su partido), era la lucha armada. Incluso, hubo grandes choques internos entre quienes buscaban el camino democrático y quienes optaban por la violencia. Prueba de ello, es un acontecimiento que podría retratarse como el punto negro de su historia. En este artículo hablaremos de ello y de la directa vinculación del PS con la creación de escuelas de guerrilla.
¿Protesta, Revolución, Nuevo Gobierno?
Hoy se habla permanentemente de “Revolución”, concepto que ha estado siempre presente en la discursividad del PS y del PC, donde el uso de la violencia es su instrumento. Pero, paradójicamente, se condena el uso de la fuerza legítima, que utiliza la fuerza pública, para contrarrestar la violencia insurreccional en restaurar el orden y se atribuye el concepto de criminalización de la protesta pacífica. Una discursividad que irroga una doble moral y que les otorga una ventaja táctica, al inhabilitar a su “adversario” de manera cobarde. Es decir, parafraseando, “… yo solamente puedo ejercer violencia ilegítima y, si me reprimes, te persigo por la vía de la legalidad…”
De allí que se produjo una subversión valórica del concepto de “manifestación” por cuanto se atribuye como legítimo el recurrir al uso de la violencia para expresar posturas y pretender el cambio de modelos económicos y políticos. Pero si la fuerza legítimamente constituida impone el orden, pasa a ser “violencia estatal”. Más aún, el gobierno imperante cede y se acomoda a los planteamientos de una izquierda que solo utiliza este escenario, para impulsar y fortalecer la guerrilla urbana, como método de coacción para imponer un nuevo modelo de gobierno.
Ahora bien, lo trascendente de ello, es la forma en cómo se prepara el escenario político por la vía revolucionaria, a través de verdaderas guerrillas urbanas, adoctrinadas y preparadas en una especie de combate. El concepto de “Primera Línea” retrata precisamente esa forma de guerrilla. Pero, la izquierda radical, tanto el Partido Socialista de Chile (PS) y el Partido Comunista (PC), nos tienen acostumbrados al intento de coacción guerrillera. El uso de guerrillas no es un asunto desconocido, puesto que el mismo Partido Socialista de Chile (PS) y previo a la asunción de Salvador Allende como presidente de Chile (1968), fue el impulsor y creador de la famosa Escuela de Instrucción Guerrillera de Chaihuín, a través de un organismo de guerrilla denominado la Organa.
Orígenes de la Organa
La Organa nació en 1968 con el objetivo de preparar las condiciones para un posible enfrentamiento armado. Es así que crean la escuela de instrucción guerrillera en el sector de Chaihuín (localidad costera cercana a la Provincia de Valdivia), la que comienza a ser levantada en 1969 y a funcionar en el mes de enero de 1970. Luego, en mayo de 1970, a tan solo meses de la elección presidencial donde resultó electo Salvador Allende, fue descubierta y desarticulada por un grupo de Boinas Negras del Ejército de Chile[1].
De acuerdo con Bayron Velásquez (2020), el descubrimiento de esta escuela provocó un gran revuelo social, por cuanto, a ojos de la opinión pública, era contradictorio que uno de los partidos que levantaba una candidatura presidencial fuera sorprendido desarrollando actividades de formación guerrillera. Sin embargo, lo cierto es que el PS atravesaba un complejo debate respecto a las estrategias para conquistar el poder. En él se enfrentaban, por un lado, sectores que adherían férreamente a la vía electoral, y por otro, quienes proponían la necesidad de prepararse para la lucha armada.
En este mismo sentido Velásquez (2020) puntualiza que este debate táctico-estratégico tuvo sus raíces en dos procesos de cambio político-ideológico experimentados por el PS, los cuales comenzaron a darse, con mayor profundidad, desde fines de la década de 1950. El primero, denominado proceso de leninización, dice relación con el cuestionamiento de algunos sectores del PS a las alianzas con los sectores de centro y su progresivo acercamiento a la teoría leninista de la revolución, y el segundo, llamado proceso de guevarización, tiene que ver con la influencia de las teorías de lucha guerrillera en el PS y en la izquierda en general. Ambos procesos de cambio político-ideológico alcanzaron su clímax en 1967, cuando en su XXII Congreso General el PS declaró, por primera vez, su carácter marxista-leninista y la inevitabilidad de la violencia revolucionaria.
Leninización y guevarización del socialismo chileno
En el XXII Congreso de Chillán de 1967 el PS se declaró, por primera vez, un partido de carácter leninista[2]. Sin embargo, el proceso de leninización del socialismo chileno comenzó algunos años antes, cuando sectores del PS comenzaron a cuestionar la política de alianzas con las burguesías nacionales que el partido implementó en sus primeras décadas. Es decir, de acuerdo con el sociólogo Tomás Moulian, ese momento nacional-popular tuvo lugar desde la fundación del PS en 1933 hasta 1957 y se caracterizó, entre otras cosas, por la activa participación del PS en los gobiernos de tipo frente popular, “donde desarrolló un programa de reformas democratizadoras, de fomento de la industrialización y de fortalecimiento del papel del Estado como regulador de desigualdades”[3]. De ahí surgen divergencias al interior del Partido y se producen dos posiciones, las que apoyan reformas desde el Estado y las que apoyan una pretensión revolucionaria.
Así, de acuerdo con Moulian, se identifica un segundo momento, conocido como un proceso de creciente leninización, que se inició a partir de 1957[4]. En ese año, tuvo lugar el Congreso de Unidad, donde volvieron a encontrarse los socialistas agrupados en el PSP y el Partido Socialista de Chile. En este encuentro se resolvieron las diferencias ideológicas en el marco de la leninización del partido y en consecuencia un acercamiento al marxismo-leninismo y un alejamiento de las definiciones que el partido sostuvo en sus primeros años. Paralelamente se establece desde entonces priorizar la construcción de una alternativa con fuerzas de izquierda antes que con otros sectores de la política nacional. Esto explica a partir de 1990, la formación de conglomerados políticos como la “Concertación” y la “Nueva Mayoría”.
Según Vásquez (2020), en el mismo periodo en que se desarrolla la leninización del PS, las ideas guevaristas sobre la lucha guerrillera comenzaron a influir en la izquierda chilena, y, especialmente, en el socialismo chileno. Esto se expresó, por ejemplo, en la formación de una sección chilena del Ejército de Liberación Nacional (ELN) del Che Guevara, integrada principalmente por militantes socialistas. Entre los primeros que la conforman están Elmo Catalán[5], Tati Allende[6] (Beatriz Allende[8]), Arnoldo Camú[7], Jaime Sotelo, Tirso Montiel, Walterio Fierro y Félix Huerta. Su primera misión, entre fines de 1967 y otoño de 1968, fue rescatar a los sobrevivientes de la guerrillera del Che en Bolivia[9], para lo que formaron una red de apoyo clandestina. Un año después, a mediados de 1969, viajaría un grupo de elenos chilenos a integrar una nueva iniciativa guerrillera en Bolivia.
Escuela de Guerrilla de Guayacán y Chaihuín
Guayacán
De acuerdo con la investigación de Vásquez (2020) la escuela de Guayacán fue una de las primeras creada por la Organa entre marzo y abril de 1969. Por ella alcanzaron a pasar un grupo de 15 militantes que estuvo bajo el mando de Jaime Sotelo, militante de la Organa y desaparecido desde su detención en La Moneda el día del golpe de Estado. Sotelo había vuelto recién de un curso militar en Cuba y se puso a disposición de la Organa para formar cuadros político-militares en Chile. Pese al rápido descubrimiento y desarticulación de la escuela de Guayacán, en ella la Organa puso por primera vez en práctica las jornadas de instrucción guerrillera que emplearía más tarde en Chaihuín. Renato Moreau, quien participó tanto en la escuela de Guayacán como en la de Chaihuín, recuerda que: “En Guayacán se hacía armamento popular, minas, hasta un pequeño lanzacohetes con latas, las soldábamos. También un curso de seguridad, salíamos en las noches a montes a hacer algunas explosiones, a practicar”.
El campamento de Guayacán cayó al poco tiempo de haber comenzado a funcionar, pero alcanzaron a completar su formación los 15 militantes que participaron de la experiencia. Es más, la escuela fue descubierta el último día cuando realizaban una celebración y festejaban la finalización de las jornadas de entrenamiento.
Chaihuín
Posteriormente, en septiembre de 1969, Néstor Figueroa recomendó a la Organa levantar una escuela de instrucción guerrillera en Chaihuín, localidad costera cercana a la ciudad de Valdivia (XIV Región de Los Ríos). En ese entonces, Néstor Figueroa era, además, de miembro de la Organa, un destacado dirigente ferrocarrilero en Valdivia y uno de los líderes del PS en la región. Era apodado por sus más cercanos como Nikita Khrushchev, producto de su perfil serio e intelectual que lo asimilaba al dirigente ruso. Era a su vez, destacado y conocedor de la zona.
El lugar escogido parecía ser ideal para las pretensiones de aquel entonces. Se trataba de un lugar rodeado de cerros, cubiertos por el frondoso bosque valdiviano, caracterizado por la abundancia y diversidad de vegetación propia de climas lluviosos. Entre las especies del sector destacan, entre otras, los alerces, helechos, olivillos y arrayanes. La localidad de Chaihuin, hasta la fecha es un lugar con no mas de 40 habitantes y por tanto, era muy difícil llegar a la zona sin que nadie se percatara de ello. Por tanto, la estrategia fue idear una visita en terreno con estudiantes de la Universidad de Chile.
Para concretar la llegada del primer grupo al lugar, la Organa utilizó, por un lado, la influencia que tenía en la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh) a través de la Brigada Universitaria Socialista (BUS), y por otro, los trabajos voluntarios estudiantiles que se daban en el marco de la reforma universitaria. Area de la salud –medicina, odontología, enfermería, entre otras–, que resultaban ser de donde más salían estudiantes a trabajar como voluntarios. La estrategia se fundaba en justificar la presencia de muchos estudiantes en la zona, pero paralelamente, facilitar la llegada del grupo de militantes para el curso de instrucción guerrillera, sin que fuesen detectados por los lugareños.
El primer contingente
El primer contingente, según recuerda Roberto Moreau, estuvo integrado por al menos 25 militantes entre los que se encontraban hombres y mujeres. Al comienzo tanto Coloma como Moreau estuvieron a cargo del grupo, pero al poco tiempo Moreau debió bajar a Valdivia para preparar la llegada de la segunda cuadrilla. De este modo, Coloma fue quien lideró durante el verano la experiencia de los primeros estudiantes de la escuela de guerrilla de Chaihuín.
Las jornadas constaban de distintas tareas en las que los militantes se perfeccionaban en diversas aristas del enfrentamiento militar. Se hacía práctica de tiro en un polígono improvisado con los materiales disponibles en la zona y se realizaban entrenamientos de supervivencia. El lugar era ideal para estas acciones si se considera que el terreno de los alrededores de Chaihuín se caracterizaba por tener pendientes cubiertas por la tupida flora de la selva valdiviana.
Además, el entrenamiento físico se complementaba con arduas jornadas de formación teórica en las que se aprendía sobre arte combativo, teoría revolucionaria y confección de armamento y explosivos simples. Para esto contaban con una importante cantidad de textos que pudieron haber transportado los estudiantes voluntarios que llegaron al lugar. Tras la desarticulación de la escuela la prensa informó la existencia de una verdadera “biblioteca guerrillera” que contaba con una gran cantidad de “manuales de instrucción.”
Desarticulación
Después de que el primer grupo abandonó la escuela, subió al lugar un segundo contingente en un contexto totalmente distinto al de dos meses atrás. En primer lugar, ya no había trabajos voluntarios realizándose en la zona, lo que significó, por un lado, mayores dificultades para que los militantes llegaran al sector, y por otro, que no tuviesen abastecimiento constante de lo necesario para pasar los días.
Lo anterior, más la difícil experiencia del primer contingente de la escuela, llevó a que por precaución el segundo grupo estuviera integrado sólo por seis militantes: Renato Moreau –quien lideró el grupo–; Rigo Quezada –militante del PS y dirigente de la Federación de Estudiantes Secundarios de Santiago (FESES); Sergio Torres, Luis López, Víctor Muñoz y Jaime Briones –los cuatro últimos identificados como obreros.
Es posible saber, gracias al testimonio de Moreau, que de estos seis integrantes no todos eran socialistas. Entre ellos había militantes del Movimiento Revolucionario Manuel Rodríguez (MR-2), el cual se había formado tras una división del MIR en 1969 y cuyo líder principal fue Rafael Ruiz Moscatelli. La Organa invitó al MR-2 a participar en forma de agradecimiento porque meses antes les entregaron la mitad del botín conseguido en un asalto al supermercado “Portofino” de Ñuñoa.
El día 20 de mayo de 1970, Moreau les daba una última práctica de tiro a los militantes mientras el Kiko (Jorge Federico Barraza, militante de la Organa ) fue a un antiguo campamento a revisar que no quedara nada. Entre eso, Moreau sintió que explotaba un estopín que habían diseñado a modo de alarma en una de las entradas, por lo que se dirigió al lugar pensando que el Kiko se había tropezado con el artefacto. Para mala sorpresa de él, se encontró con un grupo de Boinas Negras que, tras una larga búsqueda en los alrededores de Chaihuín, habían dado con el campamento de la escuela de guerrilla. Estaban completamente armados, listos para enfrentarse a un supuesto foco guerrillero que operaba en la zona.
Según uno de los principales dirigentes de la Organa, Rolando Calderón, el “Kiko” era un infiltrado de derecha que operó para desarticular la escuela de guerrilla de Chaihuín y la Organa, por lo que su desaparición, según esta versión, no sería totalmente cierta. Moreau rechaza esta idea planteando que de haber sido así, Barraza habría aparecido condecorado en la dictadura. Esta suposición de Calderón se debe a que Barraza era hijo de un destacado miembro de la Marina, Federico Barraza Pizarro, y a que antes de ser militante socialista fue Cadete en la Escuela Naval. Finalmente, lo único cierto que hasta hoy nada se sabe del “Kiko” Barraza, siendo este episodio uno de los grandes temas que giran en torno a la escuela de guerrilla de Chaihuín.
Comentario final
Gran parte de los extractos expuestos en este artículo provienen de un trabajo de investigación realizado por Bayron Velásquez, titulado “La Organa y la escuela de guerrilla de Chaihuín (1968-1970): Leninización y guevarización del socialismo chileno” de abril 2020 y permite retratar la vinculación que ha tenido el Partido Socialista de Chile con la formación de Escuelas de Guerrilla y más aún, de su línea ideológica de optar por la vía armada.
La base fundacional de la Organa se centra precisamente en una preparación constante y permanente de un aparato militar irregular para enfrentarse con fuerzas regulares. Por fuentes reservadas, miembros de la Organa han estado presente (en el segundo piso) en los distintos gobiernos que sucedieron al régimen militar. Eso explica, entre otras cosas, que exista una especie de desarticulación del sistema de inteligencia nacional y las pugnas que se han generado al interior. En consecuencia, el sistema ha sido diseñado para que no funcione.
Por su parte, en la actualidad, considerando los hechos que se viven en la región de la Araucanía, donde claramente existe una injerencia y/o formación táctico-militar de grupos de guerrilla, nos plantea la hipótesis evidente de una formación guerrillera clandestina, considerando que, los partidos que apoyan el conflicto, fundacionalmente, mantienen principios que obedecen a una línea revolucionaria por la vía armada, propia de las líneas ideológicas de leninización y guevarización de los partidos Socialista y Comunista. A su vez, se suma a ello el hecho que en 2004 el Partido Comunista de Chile mantuviera contacto con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para solicitar apoyo en el entrenamiento táctico militar de combatientes chilenos en el conflicto Mapuche.
De ello, nada pasó y el desarrollo guerrillero continuó su avance, hasta llegar a lo que vemos en la actualidad en la zona de la Araucanía, donde han prevalecido los atentados incendiarios y explosivos y la aparición reciente de armamento de guerra, propiciando técnicamente la escalada a una Guerra Civil de mediana intensidad.
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REFERENCIAS
[1] Bayron Velásquez, La Organa y la escuela de guerrilla de Chaihuín (1968-1970): Leninización y guevarización del socialismo chileno, Izquierdas, 49, abril 2020:412-431
[2] Julio César Jobet, El Partido Socialista de Chile (II), Santiago, Editorial Prensa Latinoamericana, 1971, 130, citado en Bayron Velásquez, La Organa y la escuela de guerrilla de Chaihuín (1968-1970): Leninización y guevarización del socialismo chileno, Izquierdas, 49, abril 2020:412-431
[3] Moulian, op. cit., 85.
[4] Tomás Moulian, Democracia y socialismo en Chile, Santiago, FLACSO, 1983, 85.
[5] Elmo Catalán Avilés (Arica, 1932- Cochabamba, 8 de junio de 1970) Periodista chileno. Asesinado por agentes del estado boliviano cuando luchaba como integrante del Ejército de Liberación Nacional (ELN) durante la Guerrilla de Teoponte, en Bolivia. Estudió en el Liceo de Hombres de Antofagasta y se graduó en 1956 como periodista en la Universidad de Chile. Se desempeñó como jefe de prensa de la segunda postulación presidencial de Salvador Allende en 1964. (https://es.wikipedia.org/wiki/Elmo_Catal%C3%A1n )
[6] Beatriz Ximena Allende Bussi (Santiago, 8 de septiembre de 1943 – La Habana, 11 de octubre de 1977), también conocida como Tati por sus amigos, fue una médica y política socialista chilena. Hija de Salvador Allende. (https://es.wikipedia.org/wiki/Beatriz_Allende )
[7] Arnoldo Camú Veloso234 (Santiago de Chile, 1 de junio de 1937 – Ibidem, 24 de septiembre de 1973) fue un abogado y político chileno, asesor jurídico del gobierno de Salvador Allende, militante socialista y miembro su Comisión Política. Fue ejecutado luego de Golpe de Estado en Chile de 1973. (https://es.wikipedia.org/wiki/Arnoldo_Camu )
[8] Patricio Quiroga, Compañeros: el GAP: La escolta de Allende, Santiago, Editorial Aguilar, 2001, 21.
[9] Pedro Valdés Navarro, “El proceso de formación del Ejército de Liberación Nacional y los Elenos chilenos”, en Igor Goicovic, Julio Pinto, Ivette Lozoya y Claudio Pérez (compiladores), Escrita con sangre: Historia de la violencia en América Latina: Siglos XIX y XX, Santiago, Ceibo Ediciones, 2013, 328.
VEA AQUÍ: Documento de investigación completo
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