Primera Línea: insurrección y violencia

Fotografía : Agencia Uno.

Por Edward Cáliz

El concepto de “Primera Línea” se ha ido instalando en el consciente colectivo como un referente de “lucha” del mal llamado “estallido social”, principalmente en el o los sectores de izquierda que apoyan esta operación revolucionaria, y que conforma el “muro” de contención hacia la respuesta de la fuerza pública cuando éstos son atacados. Luego de ella vienen la “segunda” y la “tercera línea” que tienen roles específicos en la confrontación con Carabineros de Chile.

Existe toda una planificación táctica y una logística para resistir una verdadera “batalla campal”, desde la fuerza de ataque con hondas, piedras, bombas molotov y armas neumática y de fuego que conforma la llamada “segunda línea” hasta los que proveen de insumos básicos para soportar los efectos de los gases lacrimógenos como es la “tercera línea”. Sin embargo, se trata de un grupo adiestrado de anarquistas, asistémicos, subversivos y delincuentes que tienen como finalidad provocar y confrontar a la fuerza pública bajo el paraguas de “lucha social”.

La inconveniencia de utilizar permanentemente el concepto de “Primera Línea” para referirse a este grupo de insurrectos que están provocando y enfrentando a Carabineros, tiene un componente peligroso en términos comunicacionales cuando se les menciona como tales, por cuanto se le otorga un estatus equiparable al que tiene Carabineros de Chile y que representa la fuerza pública, pero en el bando contrario. Es decir, llamar o hablar permanentemente de “Primera Línea” a este grupo de insurrectos, se le da forma conceptual a quienes están siendo utilizados para usar la violencia en atacar y destruir todo a su paso.

La “Primera Línea” es un eufemismo utilizado para representar a una fuerza insurgente,  violentista y quebrantadores del orden público cuyo propósito principal es provocar y atacar a Carabineros de Chile, maquillado como “lucha social” y amparado por organismos de izquierda que conforman las verdaderas vanguardias de lucha y que fomentan este mecanismo para generar situaciones de represión que puedan ser atribuibles como violaciones a los derechos humanos.

En consecuencia se debe erradicar el uso del concepto “Primera Línea” (o “los Cabros”) para referirse a este grupo de insurrectos o subversivos, siendo mucho más correcto llamarlos “Guerrilleros“Subversivos” “Anarquistas” e incluso en el peor de los casos, (aunque suene mal para los expertos en la materia),  “Delincuentes” o “Vándalos”, por cuanto el uso permanente y constante del concepto de “Primera Línea”, está produciendo su inserción paulatina en el lenguaje y junto con ello, la validación de la “lucha social” a través de sus acciones, porque detrás de ello hay un respaldo comunicacional en los medios que equipara la “Lucha Social” en una disputa territorial entre Carabineros y la “Primera Línea”. En consecuencia, Carabineros pierde status comunicacional como autoridad y representantes del Estado en el restablecimiento del orden público.

Es por eso que al referirse como “primera Línea” se les está dando una categoría equiparable a “soldados” de las “manifestaciones pacíficas” o de “héroes” como fueron recientemente nombrados en el sesgado Foro Internacional de Derechos Humanos organizado hace unos días por el senador Navarro. Por tanto, usted que asume en plenitud que estamos en una guerra civil, borre del acervo lingüístico este mal llamado “Primera Línea”, bórrelo y reemplácelos por los vocablos correctos como “subversivos”, “insurgentes”, “anarquistas”, “asistémicos”, “vándalos” o “delincuentes”.

Las mal llamadas “manifestaciones pacíficas” son convocatorias insurreccionales que tienen como objetivo táctico el provocar y atacar a la fuerza pública para revertir la respuesta de ésta hacia sus fines de “violación a los derechos humanos” y de validación de la “lucha social”. Por su parte el objetivo estratégico, a través de las distintas acusaciones en contra de Carabineros, es el de ir mermando su capacidad de respuesta y que puedan generar fisuras para producir el colapso institucional y junto con ello, seguir llamando a la creación de la “nueva policía”.

Es por ello que no se puede permitir que se sigan validando conceptos como éste, porque al final del camino se transformará en un eje de poder de la izquierda al validarse como existencia en el consciente colectivo. Así ocurrió con los ejes de poder de la insurrección molecular tales como “Diversidad”, “Derechos Humanos” y “Desigualdad Social”, que fueron conceptos paulatinamente instalados en la sociedad por medio de la deconstrucción del lenguaje y de técnicas de manipulación de masas.

Finalmente si se sigue utilizando el concepto de “Primera Línea”, lo que va a ocurrir es que se va a instalar un concepto con un significado solo equiparado al de “soldados” cuyas armas son el uso de la violencia en una planificada incursión táctica y que estará siendo validado por los sectores de izquierda que continúan en su afán de imponer un régimen Castro-Chavista.

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7 comentarios en “Primera Línea: insurrección y violencia”

  1. Fernando José Rodríguez Guzmán

    Excelente columna y análisis respecto del eufemismo «Primera Línea».

    Concuerdo plenamente con lo planteado.

    ¡felicitaciones!

  2. Concuerdo plenamente. Los llamaría «La Horda» como fueron llamadas aquellas huestes que arrasaban ciudades rivales en la época de los sumerios.

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