Escenarios del proceso electoral

Uno de los escenarios del proceso electoral que sean posibles de ocurrir en las próximas elecciones dice relación con un eventual boicot e/o interrupción. De acuerdo con un análisis de acontecimientos anteriores e informaciones obtenidas desde fuentes ligadas a la revolución en curso, existe una intención de que grupos de estudiantes y violentistas se presenten en los locales de votación, para impedir que se lleve a cabo el proceso electoral. Pero también, se observa un segundo escenario que busca disminuir las opciones del “rechazo” aprovechando el escenario pandémico.

Escenario 1

Las intervenciones de estudiantes en procesos como la PSU y que impidieron que miles de estudiantes rindieran el examen, se toma como un ensayo, al igual que mucho otros que ha concretado la izquierda radical, para medir el pulso de respuesta del gobierno. Y en esta ocasión, como la medición ya arroja que las acciones del gobierno no son coercitivas, se utilizará nuevamente como instrumento.

Grupos de estudiantes serán movilizados, al igual que como ocurrió con la PSU, para evitar que los votantes lleven adelante su deber cívico. La fuerza de orden público, a cargo en estos casos de los militares, no podrán actuar frente a grupos de violentistas, porque deberán atenerse a las Reglas de Uso de la Fuerza (RUF). En consecuencia, las acciones de violencia que pretenden desarrollar estarán orientadas para que la autoridad, a cargo de los locales de votación, se vea neutralizada e inhabilitada de actuar y por tanto deberá hacer prevalecer la seguridad de los votantes. En definitiva, la autoridad se verá obligada a cerrar dichos locales, aun cuando no se haya llevado a cabo de forma completa el proceso de sufragar.

Escenario 2

Un segundo escenario se centra en la posibilidad de impedir que la población de adultos mayores no concurra a votar. Esto se sustenta en que existe una importante población de adulto-mayor que tiene una inclinación hacia la opción rechazo, pero que la izquierda busca acallar. Para ello, buscan tomar como pretexto el escenario del COVID-19 para evitar que voten, por ser supuestamente una población en riesgo.

Así, el escenario se va dibujando conforme las intenciones que busca la izquierda radical y que no es más que abrir las posibilidades de la opción “Apruebo” o pasar directamente al instrumento para redactar la nueva constitución. Y, por tanto, la intención primaria no está centrada en generar una instancia democrática para votar, de hacer o no una nueva constitución, sino que la intención de fondo es pasar directamente a la “Asamblea Constituyente” o llamada en Chile como “Convención Constitucional”. Bajo este este umbral de Convención Constitucional (Asamblea Constituyente), podrán arrogarse un poder absoluto (totalitarismo).

Plantilla de nueva constitución

El prospecto de Constitución redactada por Fernando Atria en el gobierno de Bachelet, es la plantilla perfecta para adelantar el reemplazo de la actual Constitución. Las fuerzas insurreccionales y de choque utilizadas por el PC de Chile y el Frente Amplio, buscarán generar el caos este 25 de octubre próximo. La intención de ello es conseguir que muchos locales de votación deban cerrar y por tanto forzar el salto de aprobar o rechazar. Ante este escenario, los políticos saldrán a proponer que como no se puede llevar adelante el proceso electoral de “Apruebo” o “Rechazo” se debe pasar directamente al instrumento para redactar la nueva constitución, es decir una “Asamblea Constituyente”, porque precisamente su jugada está ahí.

Asamblea Constituyente

La fuerza de la izquierda radical por consolidar un modelo socialista basado en una Asamblea Constituyente (AC) se acrecienta con la utilización de la vía institucional, por una parte, e insurgente por otra. Bajo este escenario, de los dieciocho países de América Latina, nos encontramos con once constituciones que han implementado una AC o la han regulado como mecanismo de reforma constitucional. La mayoría de las experiencias surgen como mecanismo no previsto en el proceso de reforma constitucional. Bolivia es la única excepción, donde el proceso constituyente se articuló mediante la utilización del referéndum reconocido en el artículo 4° de la Constitución de 1967[1].

Así, el carácter inconstitucional de estos procesos se ve matizado por el papel central que asumen los tribunales superiores de justicia para validar iniciativas de los presidentes de la República de llevar a cabo las AC: Corte Suprema (Colombia y Venezuela) y Tribunal Supremo Electoral (Guatemala y Ecuador).

Comentario final

A menos de 2 meses de llevarse a cabo el plebiscito por aprobar o rechazar la nueva constitución, ya hemos sido alertados de las acciones de grupos insurgentes y violentistas que desarrollarán para forzar la decisión de pasar directamente a la fase de «convención constitucional». Estas acciones están amparadas por el PC de Chile y el Frente Amplio, como una forma de boicotear la masiva manifestación de la opción “Rechazo”, ya que una eventual victoria, sería un entorpecimiento y un retraso a las pretensiones “Castro-Chavistas”.

Por su parte, otro de los escenarios previstos dice relación con impedir que los adultos mayores puedan concurrir a votar, al ser considerados como población en riesgo por contagio de coronavirus. La medida radica en que gran parte de la población adulto mayor, tiene una marcada tendencia hacia la opción “rechazo”, principalmente por tratarse de quienes vivieron en carne propia las miserias del gobierno marxista de Salvador Allende y la Unidad Popular. En consecuencia, es una población importante que puede marcar una tendencia hacia la opción “rechazo”. De allí que la izquierda radical esté tan interesada en movilizar a los estudiantes para boicotear el plebiscito.

A esto se suman las iniciativas de la Defensora de la Niñez, Patricia Muñoz, de haber solicitado al Congreso que se habilite a los mayores de 16 años para ejercer su voto, aun cuando sabemos que constitucionalmente es imposible. Sin embargo, está la intención cierta de movilizar legalmente a los menores de edad como una fuerza política. Creémos que la negativa a la propuesta, amparada en un aspecto Constitucional, ya que según la Carta Magna sólo tienen derecho a sufragios quienes tienen la condición de ciudadanos, es decir, haber cumplido los 18 años de edad, será el motivo para enardecer la protesta estudiantil, tal como se hizo con la excusa de protesta de los $30 pesos del Metro y que fue solo un artilugio para iniciar la revolución.

En consecuencia, es importante estar atentos a estos escenarios, porque a toda costa se intentará imponer el modelo “Castro-Chavista”, manejado principalmente por el servicio de inteligencia cubana (G2) y de lo que nos referiremos en otro artículo.

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REFERENCIAS

[1] Disponible en: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-52002014000100010, consultado el 01-09-2020

2 comentarios en “Escenarios del proceso electoral”

  1. Fernando Rodríguez Guzmán

    Muy de acuerdo con los posibles escenarios planteados por Edward Cáliz en esta entrada y no muy lejano de una realidad cierta. Existen antecedentes de fuentes abiertas de una serie de «voceros» de la izquierda golpista que desde hace tiempo vienen anunciando un estallido 2.0 incluso amenazas al gobierno de autoridades políticas, si éste no actúa conforme a sus requerimientos.

    En concreto, la izquierda no permitirá que este golpe que está fraguando desde octubre y la desestabilización del gobierno, se les vaya de las manos tan fácilmente y se empleará con todo es pos de ese objetivo político estratégico.

    Quizá, le convenga a la izquierda insurgente, por ahora, dejar a Piñera sentado en La Moneda, pues así pueden culparle con toda tranquilidad de los desafíos que aun están pendientes y que no se han solucionado y en el intertanto, la guerrilla en La Araucanía por una parte y acciones vandálicas próximamente, en las principales ciudades, por otra, no se dejarán esperar por mucho tiempo más.

    También es dable suponer que los menores de 18 años y mayores de 16 al no poder votar en este plebiscito, sea el gatillante para producir desórdenes serios en los locales de votación, pues saben que las Fuerzas Militares están con las manos atadas y por tanto tienen la iniciativa estratégica a su favor y por sobre todo, el factor sorpresa para llevar adelante sus acciones.

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